Novela distópica muy interesante que me recuerda el Mito de la Caverna de Platón.
Está narrada por "la niña", que no ha conocido otra vida que estar encerrada en una jaula dentro de un búnker junto a otras 39 mujeres. Nunca se explica dónde están, por qué están encarceladas o lo que hay fuera. La trama es mínima, incluso cuando pueden salir, no se nos explica qué ha ocurrido.
Esta linealidad, tipo "La carretera" de McCarthy, puede convertirse en una dificultad para algunos lectores, pero en mi caso, el poso filosófico de la novela ha pesado más que su falta de argumento.
Tanto dentro como fuera de la jaula se plantean cuestiones universales sobre lo que nos hace humanos: ¿se puede conservar la humanidad en un entorno vacío de relaciones familiares y de amistad? ¿Qué cosas dan sentido a la vida? ¿Quién maneja los hilos? Es más, ¿hay alguien que maneje los hilos?
En esta extraña novela en la que solo hay búnkeres, jaulas y colinas sin fin, no se dan respuestas, no se trata de dar explicaciones satisfactorias, solo hay personajes a los que le pasan cosas que escapan a su comprensión. Es una especie de meditación existencialista en la que "la niña" terminará siendo posiblemente el único ser vivo, sin más aspiraciones que mantenerse con vida, porque bien podría ser que el significado de la vida sea la vida misma, aunque no parezca tener propósito; la vida en sí misma lo tiene.
Cada lector/a encontrará un sentido diferente a esta novela. Está el religioso, que se plantea la existencia de un ser superior que daría significado a la vida humana. Está el filosófico, que recordaría al mito de la caverna de Platón: ¿vivimos la realidad o las imágenes parciales que nos llegan de la realidad? Está el psicológico, que se plantearía la posibilidad de vida humana fuera de las redes familiares y de contacto con otros humanos. Incluso el feminista: si yo "nunca supe de los hombres" ¿puedo llevar una existencia plena? (Pueden añadir risas enlatadas como en las Sitcoms).
La falta de detalles y el mundo sombrío en el que se desarrolla, junto a una prosa austera e inquietante, hacen de esta novela -que no es redonda-, una obra singular a tener en cuenta.