En esta breve obra nos encontramos con un matrimonio de nuevos ricos que organiza un baile para que los acepten en la alta sociedad, un baile al que no invitan a su hija de 14 años, que deberá dormir en el cuarto de la plancha, lo que va a desencadenar un desenlace de lo más inesperado.
Me maravilla que en tan pocas páginas la autora haya podido crear unos personajes tan bien acabados: ese marido y padre sin carácter, esa esposa y madre con tantas ansias de subir de estatus y que ve en su hija una competidora, esa hija egoísta y decidida que quiere vengarse de su madre...
El argumento está tan bien trazado que parece una obra de teatro a la que no le falta ni sobra nada, son extraordinarias las páginas en las que se espera a los invitados, llenas de tensión cada vez que suena el timbre, pero donde la novela toma altura es en la compleja relación madre-hija. Lo que las une es el deseo de conseguir su felicidad a costa de la desgracia de la otra. Una tirante relación que llegará a límites insospechados de crueldad, un durísimo intercambio materno-filial que no es frecuente en la literatura.
Me ha gustado mucho esta pequeña gran obra: muy, muy recomendable.
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