miércoles, 25 de noviembre de 2015

Terror vacui

Hoy quería hablarles del Terror vacui, el horror al vacío, por miedo al cual llenamos nuestra vida de actividades sin fin. 
"Ya lo dijo Lao Tsé en el siglo VI a.C:
Diez radios lleva la circunferencia de una rueda; y lo útil para el carro es esa nada (su hueco). 
Con arcilla se fabrican las vasijas; y en ellas lo útil es la nada (de su oquedad). 
Se agujerean puertas y ventanas para hacer la casa, y la nada de esos huecos es lo útil.
Así pues, en lo que tiene "ser" está el interés. Pero en el "no ser" está la utilidad."
(Citado en Las gafas de la felicidad. Rafael Santandreu. Ed. Grijalbo. 2015, de la obra de Lao Tsé, Tao Te Ching, capítulo 11).



El tema del vacío fue una de las principales preocupaciones de la escuela filosófica de Lao Tsé. Con el paso del tiempo influiría en muchas corrientes filosóficas y científicas. Estas últimas darían paso a inventos tecnológicos donde se manifiesta el vacío: la TV,  la aspiradora, la conservación de alimentos, los viajes espaciales,...
A mí me interesa más la vertiente filosófica, ese Terror vacui, ese miedo a la nada, por el que intentamos llevar una vida de intensas actividades. Hay muchas maneras de huir de ese vacío: los viajes (Flaubert), el alcohol (Hemingway), el trabajo (Baudelaire),...
Tras haber disfrutado de toda clase de placeres en viajes exóticos, Flaubert escribió: "El alma es una bestia feroz que siempre está hambrienta y hay que atiborrarla para que no nos embista" (Horror al vacío, Pedro G. Cuartango, El Mundo, 29/5/2015).
Rafael Santandreu dice que a muchas personas adictas al trabajo les cuesta tanto soltar su "neura" porque mentalmente se les abre un precipio interior muy desagradable.
Yo traduzco así: Si no dirijo mi atención hacia fuera, tendré que hacerlo hacia dentro de mí mismo, y eso, como la fama, cuesta...
A esto dedico últimamente mis pensamientos...

lunes, 23 de noviembre de 2015

Dame mil besos, después cien...

Curioso, cuando menos, el camino que me ha llevado a Catulo, (Italia, -0087 aC--0054 aC), poeta romano, muchas veces considerado el mejor escritor latino de poesía lírica. 
Les cuento...
Recibí una felicitación hace unos días por mi cumpleaños. En ella, se me mandaban mil besos y cuatro más (son 4 de familia); me llamó la atención la dedicatoria. Un día después cayó en mis manos una novela llamada Mil besos y cien más, de Laura Sciolla. No se la recomiendo a ustedes, es uno de los libros que he dejado a medio leer, pero... ¡me llevó a la poesía amorosa de Catulo, y eso sí que ha valido la pena!
Pueden encontrar información sobre su obra aquí, yo les dejo con el poema que da nombre a la novela:

Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse;
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,
tendremos que vivir una noche sin fin.
Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.
(Traducción de A. Ramírez de Verger; Catulo, poema nº 5)


El original:
Vivamus mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque
senum severiorum
omnes unius aestimemus assis!.

Soles occidere et redire possunt:
nobis cum semel
occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.

Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera,
dein secunda centum,
deinde usque altera mille,
deinde centum.

Dein, cum milia
multa fecerimus,
conturbabimus illa,
ne sciamus,
aut ne quis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.




Otro de sus poemas que me gusta mucho es este:

VII
Me preguntas, cuántos besos tuyos,
 Lesbia, me serían más que suficientes, 
Cuan gran el número de arena de Libia  
yace en Cirene, de laserpicïo plena,
entre el oráculo del ardiente Júpiter 
y el túmulo del anciano Bato; 
o cuantos astros, al callar  la noche, 
ven los amores ocultos de los hombres; 
sólo esos besos  satisfarán 
a Catulo el loco más que suficientemente, 
que ni contarlos podrán los curiosos 
ni con sus malas lenguas hechizarlos.

¿No les parece soberbio? ¿No les llama la atención que fueran escritos en el siglo I a C.? 

domingo, 8 de noviembre de 2015

"Leer una novela es encontrar..."

FACEBOOK- 3-11-2015

Salvador, antiguo alumno mío me escribe lo siguiente:

"Hola Conchita:

Soy Salvador, espero que me recuerdes, fui alumno tuyo en quinto de EGB en Jacarilla...

Te envío este mensaje para ver si me podrías recordar una dedicatoria que nos leíste en clase y que me anotaste en un libro que no encuentro...

Empezaba así: Leer un libro es encontrar un poco de ti mismo en el relato, es pasar mil horas en un rato...  o algo parecido...

Eso es lo que recuerdo y me gustaría tenerla entera para utilizarla en un trabajo que tengo que hacer para la universidad...

Espero que estés bien y no molestarte demasiado... Muchas gracias de antemano. Un saludo."

Esta es la dedicatoria a la que se refiere. La compuso un tío mío y la vengo escribiendo en los libros favoritos de mi alumnado desde siempre. Como veis, me ha llegado la prueba de su huella a través del tiempo...
 "Leer una novela es encontrar 
un poco de ti mismo en el relato; 
es... vivir quince años en un rato; 
es sentir, sufrir, amar, gozar... 
Léete sin premura esta novela, 
-no sé si es buena o mala, linda o fea- 
capta su mensaje, sea cual sea, 
vive sus mundos y por sus cielos 
...vuela..."

Dedicatoria original
El viernes, tomando café con mi íntima amiga, maestra ella, me dijo que también la usaba desde que se la di a conocer, escribiéndola en los libros de sus alumnos/as. Pensé que igual os sirve a alguno/a de vosotros/as. Por si acaso...