domingo, 15 de septiembre de 2024

#reseña #gentenormal #sallyrooney



Hace días que terminé este libro y aún no sé muy bien cómo calificarlo.
No es un mal libro, pero tampoco es un descubrimiento.

Esta historia de amor entre milenials es una oda a la falta de comunicación. Marianne y Connell -estos amigos/amantes que se encuentran y desencuentran a través de los años-, no hallan la manera de aclarar su situación, llena de malentendidos y silencios. Y... en esto consiste la novela: tienen una relación, se separan, se vuelven a juntar, y así... ¿Tan difícil era tener una conversación para aclarar las cosas? Personalmente, me sobraron dos o tres de estos vaivenes, no había evolución en ese vínculo.
Rooney escribe bien, sabe diseccionar con maestría los sentimientos de la gente, quizá con demasiada minuciosidad, se hace repetitiva, la trama avanza en círculos, y los personajes no aprenden de sus errores, que cometen una y otra vez.
Se desperdicia el material del que se parte: Marianne, de clase alta, arrastra los traumas familiares de abuso y desestructuración, Connell tiene problemas mentales, pero no se incide en esa problemática que podría haber explicado sus dificultades para relacionarse, todo se enfoca en la relación de los protagonistas,
Los personajes secundarios apenas se esbozan, incluso el hermano de Marianne, autor de los abusos, es ninguneado como si no tuviera importancia en el argumento, que, adivinen, vuelve a centrarse en esa relación tóxica entre el héroe y la heroína.
Y no es que esté mal que se hable largo y tendido sobre relaciones y sentimientos, de hecho Rooney lo hace bien, sin sensiblería, pero... se ha perdido la oportunidad de hacer una novela coral quizá memorable, los secundarios tenían su enjundia.
En fin, esto es lo que Rooney quería o sabía escribir y, en mi opinión, le ha quedado una novela para adolescentes con cierta calidad, aunque lejos de merecer la fama que ha obtenido.



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