Este es un libro con "encanto", esa es la palabra que mejor lo define. No es gran literatura y no vas a salir transformada después de leerlo. Es un libro divertido, pero no particularmente profundo. Es un cuentecito ligero, con su humor inglés y su poco de romanticismo.
Es ese inocente romance a través de los años entre una joven viuda y el fantasma del marinero cuya casa alquila, lo que aporta una ternura fuera de lo habitual.
Un romance, por cierto, que no se ha explotado como debiera en mi opinión. Esa relación, con sus conversaciones hilarantes, está un poco desaprovechada, eclipsada por otros personajes y subtramas que no tienen ni de lejos su atractivo.
Algunas de ellas son la dificultad para las mujeres de llevar una vida solitaria e independiente, criar solas a sus hijos, o intentar pasar de puntillas sobre el problema de que no todos ellos te gusten (como es el caso del mayor, inquietantemente descrito).
Pero, en general, esta novela feel good, a medio camino entre la comedia romántica y la costumbrista, es bastante disfrutable y placentera. Quizá no tanto como la versión cinematográfica de Mankiewicz (1945), absolutamente encantadora y que pueden ver, previo alquiler o compra en Amazon Prime.
En todo caso, los puntos fuertes de la novela son el personaje del capitán, de recio carácter y que se convierte en la brújula moral de la historia, y sobre todo, su perfecto final, broche de oro para esta sencilla obra sin más pretensiones que ser una historia bien contada para reír y emocionarte, que no es poco, me parece a mí.
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