No sé por dónde empezar con esta reseña. Ni remotamente podía imaginar que esas otras niñas serían víctimas de Antonio Anglés, acusado de asesinar a las tres niñas de Alcasser.
En un ejercicio de fabulación o imaginación retorcida -no sé cómo llamarlo-, Santiago Díaz hace de él el protagonista del segundo libro de la serie Indira.
No sé si "fabular" es la palabra exacta porque aquí no se cambian nombres ni hechos, son los que todos conocemos, simplemente se fantasea sobre lo que pudo haber sucedido desde que se escapó y desapareció.
Verdaderamente, ¿qué necesidad había? ¿Qué aporta esto a una buena novela negra? Solo morbo, me temo.
Y es una lástima porque pienso que Díaz es un buen escritor, tiene el ritmo preciso para este tipo de historias, con dos pinceladas te despacha a los personajes y te los hace creíbles, te deja con la miel en los labios en cada final para que sigas leyendo como se hacía en las decimonónicas novelas por entregas...
No era necesario recurrir a esta estratagema para tenernos más enganchados, es de mal gusto, morboso, indigno para él y para las familias afectadas, sobre todo cuando creo que tiene recursos de sobra para haber hecho una buena novela sin esta especie de docudrama como eje central.
En fin, una pena, no me ha gustado nada esta segunda parte de la serie, que además se hace pesada en muchos momentos por el afán de seguirle la pista a Anglés y detallarnos su vida y maneras concienzudamente.
Algunas incongruencias en la personalidad de los protagonistas tampoco ayudan, ni desde luego el triángulo amoroso de Indira, al que le falta fuerza, credibilidad y empeño.
¡Ayyy, que no, que esta entrega sobra en la serie Indira! Lo que no es óbice para que yo ya esté leyendo la tercera y última de la saga, esperando que soplen mejores vientos y constatando que el ser humano es contradictorio por naturaleza, y yo más contradictoria que nadie, según se ve.
Échenme un cable. ¿Les gustó la segunda parte de la serie? ¿La han leído completa? ¿Por qué, si sabemos que no es una maravilla precisamente? Devanándome los sesos estoy con esta última cuestión...
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