viernes, 16 de mayo de 2025

#reseña #enelladosalvaje #tiffanymcdaniel


Tengo una relación extraña con Tiffany McDaniel desde que leí Betty. Estuve a punto de abandonar ese libro, pero al final quise que me convenciera la prosa lírica de la autora y lo dejé pasar.
En el título que nos ocupa hoy no ha habido abandono, pero sí decepción. Esta repetición de la fórmula: hechos terribles + escritura poética, no ha ganado esta vez.  
Se supone que esto es la lírica de la autora:
"Dicen que enterraron a mi bebé en la tierra -continuó-, pero yo la enterré en el cielo. Por la noche, me tumbé boca arriba, levanté la pala y cavé en el cielo echando paletadas de oscuridad por encima del hombro hasta que tuve un agujero de casi dos metros de hondo en las galaxias. Después de meterla dentro, la tapé con las estrellas y levanté una lápida del tamaño de la Vía Láctea. ¿Sabías que tenemos telescopios tan potentes que se puede ver la tristeza del cielo, Arc?"
"La verdadera ecuación es una gota de agua más nueve piedras dividido por cien granos de arena menos...
- Una pisada -tercié- dividido por una nadadora.
- Multiplicado por las horas del día [...] - Es igual a la anchura de la superficie de la Tierra."
Las gemelas que tienen un ojo de cada color y abren uno u otro para completarse, o se pintan una el labio superior y otra el inferior... Sinceramente, todas estas metáforas naif -ingenuas hasta decir basta-, a lo largo de más de 450 páginas me han desbordado. 
Por no hablar de las actas de las autopsias, todas en la misma línea que los párrafos anteriores.
En fin, no llego a decir que esto es porn0grafía traumática, como he leído por ahí, pero sí un libro muy sobrevalorado en mi opinión, que abusa de los temas fuertes adornándolos de inocencia y sensibilidad.

Acepto que es una opinión más que impopular y espero no haber faltado al respeto a la autora con ella. Esta vez ya sé lo que piensan la mayoría de ustedes, pero si aún así quieren decírmelo me sentiré muy honrada de que me concedan su tiempo.

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