¡Oh, qué pequeña obra de arte! ¡Cómo me han hechizado estas dos primas que se aman y se odian a partes iguales!
Este retrato de la situación de la mujer, de clase alta neoyorquina en la segunda mitad del siglo XIX, es simplemente magnífico.
Conoceremos a dos primas, Delia y Charlotte, la primera casada y la otra que va a contraer matrimonio. Desafortunadamente, un grave hecho se lo impide y pide ayuda a Delia. A partir de ahí asistiremos a una increíble relación a través de los años entre las dos.
Me gustó muchísimo que no hubiera una buena y otra mala. Al principio odias a una y amas a la otra, pero con el paso de las páginas tus sentimientos van cambiando; es asombroso que haya conseguido tal profundidad en el estudio del ser humano con una obra tan breve.
Ambas, como pasa en la vida, se mueven en los tonos grises; su relación a veces es cordial y llena de agradecimientos, otras llena de reproches y odios. Su existencia a través de los años será una espiral de celos y amargura. Delia porque se ha convertido en la respetada matrona que nunca quiso ser, un mundo alternativo le ha pasado de largo y bajo la confortable superficie de las apariencias vive una realidad que la reprime. Charlotte porque perdió su condición de mujer respetada y algo mucho más importante que nunca podrá salir a la luz.
De todo esto se sirve Wharton para reflejar la obsesión que domina toda su obra: la discrepancia entre el papel que debía desempeñar la mujer en la sociedad y su derecho a realizarse como ser humano. Bien lo sabía ella que sufrió las infidelidades de su marido hasta que decidió divorciarse, algo inaudito en la época.
Resumiendo: no dejen pasar esta obra, es una verdadera delicatessen.
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