Acabo de leer "La chica de al lado" (2006, La factoría de ideas, 2020), de Jack Ketchum.
¡¡Uffff, cuánto me cuesta hacer esta reseña!!
Me metí de lleno en la lectura sin saber de qué iba, solo que era un libro "fuerte", de los que a mí me gustan. No sabía que está basado en una historia real, parece que mucho más fuerte aún que la novela.
De todas formas, creí poder con lo que allí se me contara, pero... no ha sido así.
Después de leer libros duros de todo tipo, especialmente sobre la vida en campos de concentración nazi, que es mi monotema, creí que superaría este. Sucedió cuando llevaba poco más de la mitad. Sobrepasada por la crueldad de la historia, empecé a leer en diagonal para ahorrarme algún mal trago, pero no fue posible, todo el texto lo era, así que decidí abandonar. De las pocas veces que lo hago.
No me vi con fuerzas para seguir a estos niños, liderados por esa madre/vecina, en su escalada hacia el horror absoluto.
Sentía que si seguía leyendo yo también sería cómplice, como lo fue David, que sabía y no hacía nada.
El autor, que escribe maravillosamente bien, tiene la cualidad de ponernos en esa tesitura: miradas cómplices.
Nos planteamos muchas cosas al leer esta obra, pero la básica es: "¿Es el ser humano intrínsecamente malvado y solo le salva esa pátina de civilización que hace que nos podamos relacionar sin aplastarnos los unos a los otros?
Es inquietante saber que esto ocurrió, en un barrio normal de un país muy desarrollado, y que los autores fueron niños, guiados en este caso por una mujer entrando en la locura. Pero, ¿no les recuerda a "El señor de las moscas"? Ahí los niños estaban solos, ¿surgió espontáneamente la maldad de los seres humanos?
No pude, no pudo ser, no fue... Me ha desbordado este libro, nunca lo olvidaré.
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