Acabo de leer "El club de lectura del refugio antiaéreo" (Ed. Planeta, 2023, 397 páginas), de Annie Lyons.
Es un libro que me regalaron estas navidades con toda la buena intención del mundo. Lo tenía todo para gustarme: segunda guerra mundial, clubs de lectura, mundo anglosajón, referencias literarias a tutiplén... pero digamos que no va a ser una de mis lecturas favoritas de este año, ni de lejos.
Es un intento bienintencionado de agradar, en el que "todo el mundo es bueno, todo el mundo es mejor". Los ingleses, ya se sabe, lo arreglan todo con una taza de té, y aquí se derrama por las páginas.
Esa niña judía alemana que sus padres envían a Londres para salvarle la vida... esa librera viuda y su perro Hemingway que la acogen, esos vecinos tan british que acuden al refugio cada noche con un libro y ¡una taza de té!
En fin, no hay por dónde cogerlo: dulzón, almibarado, poco profundo, previsible, muy muy insustancial.
Solo se salva por las abundantes referencias literarias y las citas que prologan cada capítulo (les he fotografiado algunas).
Curiosamente lo he leído estando convaleciente, y tanta bonhomía, generosidad, ternura y compasión (sobre todo después de que venía de leer "La chica de al lado", uffff), ha sido como un bálsamo curativo, un pequeño ratito de relax sin complicaciones, talmente como un té inglés.
Calificación: Totalmente postergable.
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