Me voy a meter en un jardín en el que no quisiera meterme, pero hasta ahora mis reseñas han sido sinceras y no encuentro razones para cambiar eso.
Cuando acabé esta novela y sentí lo que sentí, acudí a diversos espacios literarios para saber qué se opinaba de ella, ¡cuál no sería mi sorpresa cuando la vi valorada con las más altas calificaciones!
Así que vaya por delante que la equivocada debo de ser yo, aunque esa convicción mía no les va a librar de mi opinión -¡si siguen leyendo, claro! ¡Y si a alguien le interesa, que eso está por demostrar!-.
Yo he visto una obra tendenciosa, en la que se juega con los sentimientos del lector y sus convicciones sociales y políticas, con la intención de hacer proselitismo quizá, o con la de hacer caja, que tampoco descarto.
En esta historia de escritura sin complicaciones en la que pasan muchas cosas y todas ellas terribles, se apela a nuestros instintos más primarios para llevarnos al terreno del escritor.
La compasión es uno de ellos. ¿Cómo no sentirla ante estas dos mujeres tan desgraciadas y con unas vidas tan injustas? Uno tendría que ser de piedra para no empatizar con estas mujeres afganas golpeadas, violadas, engañadas por sus fundamentalistas maridos. Hay un maniqueísmo demasiado simple aquí, y aunque ese fuera el caso, está sin desarrollar, con unas pinceladas del todo insuficientes para mostrarnos la complejidad de la vida en ese país.
La sororidad es otro de esos instintos con el que se juega. Porque yo me he visto manipulada para que me identificara con estas dos víctimas por ser mujeres y habitantes del tercer mundo. Son demasiado evidentes los resortes que el autor pulsa para captar lectores.
Omitiré los temas religiosos y políticos por desconocimiento -aunque un tufillo imperialista es más que evidente-, pero no puedo dejar de pensar que esta visión es con la que muchos nos vamos a quedar: una visión simplista y maniquea de los hechos envuelta en una escritura de bestseller flojito. Que no la haya abandonado y le diera 3 estrellas en su momento fue fruto de esa manipulación a través de escenas más que violentas y giros argumentales constantes. Esta reflexión posterior hace que me avergüence de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario