Esta novela escrita por una estadounidense intentando encontrar la voz británica es para mí algo de doble filo.
Enseguida me recordó "84, charing cross road", otro libro epistolar cuyo tema central eran los libros y librerías. Pero así como aquel me pareció perfecto, auténtico y genuinamente británico, este que nos ocupa hoy tiene algunas sombras que no sé si lograré desentrañar para ustedes.
Porque estamos de acuerdo en que es una obra llena de buenas vibraciones, pero ¿no les resulta a veces un poco cargante por eso mismo? Los protagonistas son demasiado perfectos, apenas un ataque de ira por aquí, un enfado por allá... pero son capaces de grandes actos heroicos, todos ellos y casi en todo momento: compartir comida cuando apenas hay, perder la libertad por defender al caído, adoptar hijas de otros cuando los padres están ausentes,... Me parece que se ha abusado tanto de este buenismo que la credibilidad de la obra se resiente por ello.
Otra cosa que me ha chirriado es el trasfondo bélico; me parece mal tratado, como de refilón, de relleno de una historia que no necesitaba más para desarrollarse, pero claro, el tirón de la ocupación nazi siempre es un plus.
¿Qué decir del tema literario? Queda como una simple excusa para contar otra cosa. Los libros se nombran poco y con lugares comunes. Se explica mal e insuficientemente la actividad que llevaba a cabo La Sociedad Literaria. Otra vez me da la impresión de que se usa un tema que siempre funciona, como es el de la Literatura, para contar otras cosas.
Este libro tiene película -como se puede apreciar en la portada, ainss-, que acabo de ver para hablarles con más propiedad. Al film le pasa lo mismo, es un quiero y no puedo. Una película correcta, lejos de ser mala, pero que no destaca ni brilla por nada especial. Actorazos/as británicos/as, que siempre lo arreglan todo y poco más.
Ha sido un libro cuya primera parte me gustó mucho y que se ha ido desinflando por las razones que les he expuesto. De todas maneras tiene mis 3 estrellas, que en mi manera de puntuar no está nada mal.
¿Me atrevo a pedirles su opinión? Vale, sí, si son tan amables de dármela.
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