¡Qué gran decepción la de esta obra! Una esperaría que con este título, desbordara amor a los libros, pero no hay tal.
Esta anodina mujer que decide abrir una librería en un pequeño pueblo costero no logra insuflarnos emoción por sus libros en ningún momento, ¡qué desperdicio!
El comienzo me recordó un tanto a El fantasma y la señora Muir, pero pronto dejé de esperar el encanto y el fino humor inglés que desborda aquella.
La personalidad, absolutamente plana, de la protagonista no da para más. La trama es absurda en el mejor de los casos, y la escritura, que salvan muchos lectores, tiene un punto de ñoñería que da vergüenza ajena. Les pongo un ejemplo: "Florence le envolvió el libro con mucho cuidado. Le habría gustado tener el poder para que aprobaran una ley por la que se asegurara que aquel hombre nunca volviera a ser infeliz."
Después de más párrafos de este tipo, no pude menos que abandonar cuando llevaba más o menos la mitad.
¡Un momento, que no tiré del todo la toalla! Por ver si salvaba lo insalvable -que al fin y al cabo estamos hablando de libros y librerías-, me vi enterita la película de Isabel Coixet con el mismo título y basada en esta obra. ¡Madre mía, qué despropósito! ¡Cuánto siento que un film basado en el amor a los libros de su directora, haya sido una obra tan mediocre, una verdadera pena!
Ya ven, no tenía elección, solté el globo, abandoné.
¿Conocen la obra? ¿Cuál es su opinión? Les leo en comentarios.
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