Este es, en realidad, un libro sobre relaciones difíciles entre madre e hijo. Sucede en tres escenarios diferentes: en el piso de una ciudad en guerra, en el bosque donde se ocultan, y en el futuro, ya en paz, donde surgen otros conflictos sin resolver.
Después de leer "Del color de la leche" y "La escuela de canto", tenía muchas ganas de volver a reencontrarme con Leyshon. Lo que he descubierto aquí es un giro en su escritura, lo que no tendría que ser necesariamente malo, todo creador cambia, crece, madura...
Digamos que para mí ha sido una historia desigual, poco original, pues ya se ha escrito mucho sobre los supervivientes de las guerras mundiales que deben escapar al campo para sobrevivir. Si esto se hubiera contado con fuerza, hubiera parecido la primera vez. Pero la primera mitad del libro es lenta, fría, repetitiva, estirada al máximo con detalles innecesarios y diálogos iterativos que aportan más bien poco a esa relación, alejándola emocionalmente del lector, por lo menos de esta lectora que les escribe.
No hay tensión en la historia, demasiada distancia entre los dos: no logré conectar con esta madre demasiado reflexiva y este hijo demasiado soñador.
La última parte mejora, en mi opinión. Se expresa bien el envejecimiento de la madre y la preocupación del hijo, hasta... hasta que se introduce un resorte folletinesco que no les cuento por no spoilear, y que destroza la credibilidad de una novela que pudo ser y no fue.
Dudando estoy de mi radar literario vistas las excelentes reseñas que tiene por todas partes esta obra, aunque me reafirmo en mi opinión impopular: una obra muy flojita de una buena escritora.
¿La leyeron? ¿Qué les pareció? Les leo en comentarios.