Acabo de leer "Catedrales" (Alfaguara, 2020), de Claudia Piñeiro.
Venía encandilada por "Elena sabe", mi debut en la escritura de esta autora, libro magnífico en mi opinión.
La novela que nos ocupa, mucho más extensa, tiene todo para encandilar también: una trama policíaca o de suspense, una prosa magnífica por parte de la literata, unos personajes rotundos en sus hechos y en sus ideas...
Yo la he devorado con ansia, esperando saber quién es el culpable, y me ha gustado, pero...
- La he encontrado un pelín maniqueísta: los buenos son muy buenos, los malos muy malos. Esperaba más profundidad psicológica, más tormentas internas en los personajes, tipo "Elena sabe".
- El ataque a las religiones, en concreto a la católica, es un poco burdo, demasiado simplista, tendencioso, y que eso se note tanto en un escritor no es bueno, es el lector el que debe hacer sus cábalas y conclusiones, no nos subestimen presentándolas ya formadas y cerradas.
- Hay cosas que me han llamado la atención porque son poco coherentes con la historia principal, son de dudosa pertinencia, escritas o hechas como al desgaire. Por ejemplo, la huida de casa (para siempre) de la hermana mediana, que no vuelve a aparecer casi en toda la obra, un personaje casi accesorio que no encaja bien con la historia.
O ese enamoramiento final del padre hacia la amiga de Ana; poco verosímil, completamente gratuito.
- Los personajes son poco creíbles, casi de cartón piedra, cuando no caricaturescos, en especial Carmen, la hermana mayor.
- El final es demasiado truculento, de verdad que no necesitábamos tantos detalles y tan macabros.
Dicho todo esto, parece que no me ha gustado, y no ha sido así. La obra mantiene el pulso y gradúa bien el suspense, se lee fácilmente y de manera ávida, pero... no hay más. Y esto se podría perdonar si una pensara que Piñeiro no sabe hacerlo mejor, pero yo sé que "Claudia sabe...".
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