domingo, 7 de octubre de 2012

"El extraño"

Subido por Rosendo Arenas en el grupo de Facebook, Docentes por la igualdad.

EL EXTRAÑO 

"Unos pocos años después de que nací, mi Papá conoció a un extraño recién arribado a nuestro pueblito en Iowa. Desde el comienzo, Papá estuvo fascinado con este encantador recién llegado y pronto le invitó a vivir con nuestra familia. El extraño fue rápidamente aceptado y siempre estuvo presente a partir de entonces. 
Al crecer, nunca cuestioné su lugar en mi familia. En mi joven mente, él tenía un lugar especial. Mis padres eran instructores complementarios: Mamá me enseñó a diferenciar el bien del mal, y Papá me enseñó a obedecer. Pero el extraño… él era nuestro relator de historias. Nos mantenía hipnotizados por horas sin fin con aventuras, misterios y comedias. 
Si yo quería saber cualquier cosa sobre política, historia o ciencia, él siempre sabía las respuestas sobre el pasado, comprendía el presente ¡y aún parecía capaz de predecir el futuro! Llevó a mi familia al primer partido de grandes ligas. Me hizo reír y me hizo llorar. El extraño nunca dejaba de hablar, pero a Papá no pareció importarle. 
Algunas veces, Mamá se levantada en silencio mientras que el resto de nosotros nos acallábamos el uno al otro para escuchar lo que él tenía que decir, y ella se iba a la cocina buscando paz y quietud (me pregunto ahora si alguna vez oró para que el extraño se fuese). 
Papá gobernaba nuestra casa con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sintió obligado a honrarlas. La irreverencia, por ejemplo, no se permitía en nuestro hogar… no de parte nuestra, ni de nuestros amigos ni de ninguna visita. 
Nuestra visita de larga estancia, sin embargo, se salía con la suya con vulgaridades que quemaban mis oídos y hacían a mi Papá retorcerse y a mi Mamá sonrojarse. Mi Papá no permitía el beber alcohol con liberalidad. Pero el extraño nos animaba a probarlo de manera regular. Hacía que los cigarrillos se vieran en la onda, los cigarros, varoniles y las pipas, distinguidas. Hablaba libremente (demasiado libremente) sobre el sexo. Sus comentarios eran algunas veces flagrantes, algunas veces sugestivos, y por lo general, embarazosos. 
Ahora sé que mis primeros conceptos sobre las relaciones fueron fuertemente influenciados por el extraño. Una y otra vez se opuso a los valores de mis padres y sin embargo, rara vez fue reprendido… y nunca se le pidió que se fuera. 
Han pasado más de cincuenta años desde que el extraño se mudó con mi familia. Halló su lugar entre nosotros y ya no es tan fascinante como al comienzo. Todavía, si pudiesen entrar a la casa de mis padres hoy, lo hallarían sentado en su esquina, esperando a alguien para hablarle y observarle dibujar sus imágenes.
 ¿El nombre del extraño? Le llamamos “TV”. Ahora tiene una esposa… y a ella la llamamos “Computadora”. Tiene cuatro Hijos y se llaman. Ipod,Itouch,Celular y MP3."

Postman, Neil, La desaparición de la niñez. Ed. Círculo de lectores.


La polémica está servida, porque con la primera parte del texto todos estaremos más o menos de acuerdo, pero ¿qué pasa con las dos últimas frases? ¿No se os remueve algo por dentro, mis estimados/as amigos/as fanáticos/as de las nuevas tecnologías?


 

2 comentarios:

Jesús Hernández dijo...

Pues no estoy de acuerdo con la prinera parte que ya me va recordando a la escuela y a épocas aún no olvidadas en el subconsciente colectivo. Nos enseñan a diferenciar el bien del mal y a obedecer desde un primer momento, en vez de enseñarnos a respetar incluso al diferente o al que piensa diferente a nosotros y a escuhar, valorar, contrastar.... y elaborar nuestro propio juicio y camino. De esta manera, los extraños visitantes no tendrían ese poder e influencia que en sus peores versiones ejercen sobre nosotros y de esa manera, incluso podríamos sacarles partido e influir en su propia calidad.
Gracias por compartirlo

Blogmaníacos dijo...

La televisión es el ejemplo perfecto de cómo un medio bueno en sí mismo, puede convertirse en "el opio del pueblo" según las mentes que lo dirijan.
¡Un verdadero drama que la escuela no puede contrarrestar totalmente!
Gracias por el comentario.