viernes, 19 de agosto de 2016

"El atlas de las nubes"

Saben que tengo una lista de 1001 libros que hay que leer antes de morir. Me he propuesto leer la parte del siglo XXI e ir hacia arriba. Hace poco he acabado El atlas de las nubes (David Mitchell, 2004). 



Me llamó la atención al leer reseñas por aquí y por allá que fuera una especie de puzzle formado por seis historias que se iban entretejiendo entre sí. Van de la primera mitad del siglo XIX a futuros lejanos (2144) o lejanísimos (2321), pasando por los años treinta del siglo pasado, los setenta y nuestro presente. Siempre he tenido debilidad por la "arquitectura" literaria, por esas tramas en la que se alteran las convenciones lingüísticas y estructurales de la literatura. Tengo dos creaciones muy presentes cuando hablo de ello: Rayuela y Bella del Señor. Las dos, obras maestras de la literatura; espero que estén de acuerdo.

Bueno... pues en mi opinión, no es este el caso. No es que no sea una novela recomendable a trozos, lo que digo es que queda en un intento fallido de ser una gran obra. 
En esa pluralidad de historias esparcidas en el tiempo y las más variadas geografías, las tramas se interpelan, echan el lazo entre sí, en un intento de establecer paralelismos y ofrecer un discurso sobre la humanidad y el cosmos, de dudoso, en mi opinión, calado filosófico-místico. La tesis de que el ser humano es el único animal capaz de destruirse a sí mismo por su avaricia y afán de poder, es muy vieja y demasiado versionada, la mayoría de las veces mejor que aquí.
Con un comienzo prometedor en la primera historia, que a mí me ha recordado mucho el principio de Moby Dick, y una segunda historia que mantiene el nivel por el uso del lenguaje musical en contextos imposibles, la novela empieza a hacer aguas en los siguientes capítulos. 
La trama futurista recuerda demasiado a la de las sociedades distópicas de Un mundo feliz o 1984, sin añadir enfoques nuevos. La de suspense, es más que previsible, aunque la más floja, a mi entender, es la de la sociedad post-apocalíptica, que roza muchas veces el absurdo.
En cuanto a su manera de encajarlas, yo me esperaba algo más elaborado, no una concatenación de hechos fortuitos. Es un reflejo de lo hilvanado y no cosido que está todo: el continente, el contenido y la tesis que lo sustenta todo.

Como siempre, busqué si había versión cinematográfica. Esperé a terminar de leer las casi 900 páginas para ver si la visión de los directores de la película mejoraba algo la mía sobre el libro. Pues bien, si no les recomiendo la novela como una gran obra, pero sí como algo aceptable, incluso a ratos mejor que según qué bestsellers, no puedo recomendar la película bajo ninguna circunstancia. Aunque en principio parecía interesante que los mismos actores, a base de maquillaje, hicieran diversos papeles en las seis historias, este enfoque se vuelve en su contra cuando las caracterizaciones son poco mejores que el cartón-piedra, los decorados, imposibles y el entramado de las historias, diferente pero tirando a peor.
Este es el tráiler oficial; ustedes mismos...

Así que no es esta mi lectura prefe del verano 2016, precisamente, como he leído que lo es En manos de las furias de Lauren Groff, para una compañera de Facebook, que la leyó por curiosidad ya que la recomendaba Obama, ¡ni más ni menos! 
Mientras buceo y averiguo con Mr. Google si vale la pena hacer la inversión, ¿no tendrán ustedes alguna recomendación que hacerme? ¿Cuál es esa obra que les ha fascinado este verano... o en su defecto, cualquier otro verano de su vida? 
Va... no me dejen en ascuas.
Gracias, nos seguimos leyendo... 
 

4 comentarios:

RobertoC dijo...

En realidad que el libro y la peli, bastante extensa por cierto, son ambiciosos, mas como bien dice hay bastantes altibajos, una sensación literaria bipolar, digamos.
Desgraciadamente no tengo mucho tiempo para la lectura en estos tiempos, lo bonito estaba en pasearse por librerías y encontrar lo deseado. Sin embargo, tal vez logre terminar el libro que quería leer en estos días, aunque tal vez muy de temática política social: La gran grieta, El despertar de África de Alex Perry. Nada glamoroso, pero para no perder cierta conexión con la profesión y la actualidad, en forma liviana.
Aunque suelo ser muy seguidor de ciertas lecturas como novelas históricas, pero, estoy alejado de las novedades, me hace pensar que debo tener algo de lo nuevo a mano. Saludos, amiga.

Blogmaníacos dijo...

Parece que lo de pasearse por las librerías está cada vez más en desuso, ¡comprar por internet nos lo pone todo tan a mano! Quiero creer que esto último favorece la democratización de la cultura, pero... ¡es tan bello el ritual de la librería física...!

Gracias por haber contestado a mi "llamada". Me coge de lejos la temática histórica, no es mi fuerte. Lo último que intenté al respecto fue de ficción: "Memorias de Adriano" de la Yourcenar. Me encallé alrededor de la página 100 y ahí sigo, no sé si alguna vez lo terminaré.

Yo también estoy alejada de las novedades, lo que leo se basa en mi famosa lista o en comentarios de las redes sociales o blogs amigos. Lo cierto es que tengo en espera muchas lecturas, ¡demasiadas para la corta vida que se nos ha concedido!

Reitero el agradecimiento por su comentario.
Un abrazo, Roberto.

Joselu dijo...

No he terminado nada de David Mitchell. Empecé a leer Relojes de hueso y no llegó a interesarme y la dejé. No sé muy bien a estas alturas qué me interesa y qué no. En todo caso si al cabo de cincuenta o cien páginas no ha logrado atraparme lo dejo (con algún remordimiento, pero me pasa pronto). ç

Leí Bella del señor hace años .No sé si es una obra maestra, pero lo que sí logró es exasperarme. La terminé con mucho esfuerzo. Me desagradaba profundamente. Esa pasión morbosa me irritaba. Había algo en ella que me hacía sentir mal. No la volvería a leer, eso seguro.

Ahora estoy leyendo Apóstoles y asesinos, una crónica literaria de la lucha social en la Barcelona a partir de 1917 a 1923, Sabía algo de este periodo terriblemente conflictivo pero me he dado cuenta de que ignoraba la mayor parte. Se centra en algunos personajes como Salvador Seguí, el Noi del Sucre, líder anarquista que fue asesinado en esa Barcelona en que fueron tambien asesinados cientos y cientos de sindicalistas, patronos, políticos...

Hoy hemos vuelto de Galicia y nos hemos reencontrado con el calor húmedo de Barcelona.

Un verano muy complejo a nivel emotivo y anímico.

Un abrazo.

Blogmaníacos dijo...

Creo que yo tampoco volveré a David Mitchell, ¡demasiado que leer y tiempo contado para ello!

Yo también tengo ciertos remordimientos cuando dejo un libro a medias, lo dicho en la línea de arriba hace que haga de tripas corazón :)

Me costó mucho esfuerzo terminar de leer "Bella del señor", pero al contrario que en tu caso, no fue por irritación ni desagrado, sino por la dificultad literaria de la obra. Al igual que "Rayuela", son obras que creo que volveré a leer, al igual que creo que voy a volver a ver todas las temporadas de "Juego de tronos", ahora que estoy leyendo el libro. No sé... tengo la impresión de que en todos los casos se me han escapado muchas cosas...

Gracias por la referencia al libro que estás leyendo: veo que la historia, en su vertiente literaria o social, reina este verano.

Mejor un verano complejo que uno llano sin altibajos... ¿o no?

Un abrazo, Joselu.