domingo, 31 de enero de 2016

"Yo no he ido a La Sorbona, pero he pasado por la puerta"

Deben saber que abordo el tema del nazismo frecuentemente, es algo recurrente en mi vida. A otros les da por las manualidades, por los sellos, por Kafka... 

"He estado tres meses incomunicado - dice el muchacho.
(...)
- ¿Acaso es tan duro? -le pregunta Gérard.
(...)
- Quizás es que no sabes estar dentro de ti mismo -dice Gérard.
- ¿Dentro de qué?
- Te instalas en la inmovilidad, te relajas, te recitas versos, recapitulas los errores que has podido cometer, te cuentas tu vida, arreglando un detalle aquí y otro allí, intentas recordar las conjugaciones griegas.
- No he estudiado griego -dice el muchacho." 
Semprún, Jorge, El largo viaje, Ed. Tusquets. Barcelona, 1963.


Hoy he terminado de leer esta novela. Quise revivir con ella el largo trayecto que recorrió mi tío hasta llegar al campo de exterminio de Mauthausen. No había leído nada de Semprún, pero sabía que irremediablemente llegaría a su obra para conocer el periplo de los republicanos españoles, partisanos en la resistencia francesa y hechos prisioneros por los nazis cuando ocuparon Francia.
Intento comprender cómo mi tío pudo superar tres años y medio en el campo. Una de las claves, supongo, es lo que he puesto en negrita para ustedes. Algo que, por otra parte, serviría a cualquiera para aislarse en circunstancias extremas, dolorosas, inasumibles.
Voy a buscar otras claves en La escritura o la vida, otra de sus emblemáticas obras, porque me conmueve esta lucha suya del hombre contra el olvido.
Estos son sus últimos pensamientos antes de entrar en el campo:
"Muy pronto, cuando hayan franqueado los escasos centenares de metros que les separan todavía de la puerta monumental de este recinto, ya no tendrá sentido decir de algo, no importa qué, que es inimaginable, pero por el momento siguen todavía trabados por los prejuicios, por las realidades de otro tiempo, que hacen imposible imaginar lo que, en resumidas cuentas, resultará ser perfectamente real."
¿Quieren un testimonio real? Les dejo la ficha de José López Ruiz, hermano mayor de mi padre, republicano español y prisionero del campo de concentración de Mauthausen, Austria, trabajador en la cantera y luego en las cocinas, superviviente con el número 4703.
Muchas cosas separan a estos dos prisoneros, a José López y a Jorge Semprún. El primero hizo la guerra española, Semprún, no. Semprún era de clase alta; mi tío, jornalero, no tenía nada que perder. Semprún llegó a ir a La Sorbona. Mi tío decía en broma, refieriéndose a todo lo que había aprendido, casi siempre a golpes, en su vida: "Yo no he ido a La Sorbona, pero he pasado por la puerta". Lo cual era literalmente cierto, ya que ambos vivieron en París después de la liberación y hasta su muerte, pertenecían al PCE, sus mujeres se llamaron Colette...
Ya ven, el mundo es un pañuelo... aunque esta vez no creo que ambos hubieran querido estar en la misma esquina.
Tema no agotado, ténganlo por seguro...

jueves, 28 de enero de 2016

Huelga de hambre

Huelga de hambre es una hermosa canción que muchas veces escucho cuando salgo a andar, hoy por ejemplo. 
Se publicó en 1991 y fue escrita por Chris Cornell, quien según la revista Hit Parade ocupa el puesto número 4 de las mejores voces de la historia del heavy metal. En la revista Rolling Stone, se le sitúa en el puesto número 9 de los mejores cantantes de la historia.
Parece que hubo problemas en la forma de cantar en los ensayos hasta que se le unió Eddie Vedder, cantante del grupo de grunge Pearl Jam. Reconocido por su poderosa y distintiva voz, ha sido calificado como el número 7 en la lista de "Mejores cantantes de todos los tiempos", realizada por la revista Rolling Stone.
No sé si a ustedes les pasará lo mismo, pero a mí me conmueve ese dúo de voces tan intensas: esos tonos extremadamente bajos y extremadamente altos remueven algo en mi interior.
Como soy de francés, no entendía la letra y no había visto el vídeo de youtube (por cierto, no sé si es buena idea ponerlo aquí, a veces es mejor soñar), así que imaginaba un indio en las praderas sacando con su voz el dolor de su pueblo, que era contestado por el eco lejano y alto de uno de sus compañeros. Ya dije en otro post que he visto mucho cine del oeste de pequeña con mi padre, y luego vi Bailando con lobos, y...

He leído en Wikipedia que es una canción política, "socialista en el país del tío Sam", que reivindica el modus operandi de Robin Hood: habla de robar a los ricos para dárselo a los pobres, de protestar con ellos a través de una huelga de hambre, porque la distribución de los alimentos en el mundo es injusta. 
El mensaje es hermoso, y yo quería compartir hoy esta canción con ustedes, como comparto mis libros y películas preferidos. Todo son historias que nos cuentan en diferentes formatos, y yo soy adicta, ¿recuerdan?  
El rock de los 80 y 90 es mi debilidad, y amenazo con compartir con ustedes alguna que otra canción más, aunque fíjense, una de mis canciones preferidas es española y no es rockera. Porque podríamos estar hablando perfectamente de Extremoduro, Fito, Rosendo, Héroes..., Platero..., pero es que yo... nací en el Mediterráneo, a la pura orilla, en Alicante exactamente...
Espero que me digan qué les parece,... si les parece...  


domingo, 24 de enero de 2016

"Cosas que hacen que la vida merezca la pena vivirse"

Hace un tiempo que comparto con una amiga un doc en Drive con nuestros "Mil libros que hay que leer antes de morir". Los tenemos clasificados por "leídos", "pendientes", "imprescindibles",... Lo llamamos "leer a cuatro manos/ojos" y es como un club de lectura sin obligaciones,... es... ¡ perfecto!
Ya les dije en la entrada anterior que lo mío por las historias, además de vicio, es diversificado: me gusta leerlas y verlas.

Mi afición al cine también se la debo a mi padre, con el que vi todas las películas de romanos y del oeste de la época. No puedo compartir con él, desgraciadamente, un doc en Drive, pero quizá haga uno individual con lo que tengo que ver antes de morir.
De momento he empezado rigurosamente a la hora de "hacerme un cine". Por los clásicos, como haría con la literatura. Así que he visto ya algunas películas que consideraba imprescindibles. Es lo que les voy a contar en sucesivos posts.

La primera ha sido Annie Hall. Quiero entrar en el mundo de Woody Allen para comprender qué me he perdido. Para ver en su contexto la famosa respuesta ante la pregunta del psiquiatra:
PSIQUIATRA- ¿Cuántas veces tienen relaciones sexuales? ANNIE: - Demasiadas, tres veces a la semana. WOODY/LEVI: -Muy pocas, tres veces a la semana. 

Archiconocida escena de Annie Hall
Me acabo de enterar de que Rob Reiner la homenajeó abiertamente en Cuando Harry encontró a Sally, y parece que marcó tendencia en muchos más aspectos que ustedes pueden consultar por internet.
A mí me gustó en general, pero me cansó en particular. Es decir, hay escenas y conversaciones tan repetitivas que estaba deseando que se acabara el metraje. Además, no llevo bien la superposición de diálogos (resultado de las tertulias televisivas, supongo), quizás aporten naturalidad, pero marean y dispersan al auditorio. Espero que estas sensaciones sean debidas a que es una primera aproximación. Seguiré insistiendo y contándoles, incluso pidiéndoles opinión, si tienen a bien dármela.
Eso sí, con lo poco que se habla hoy en pareja, deberíamos aprender de Allen, ¡Dios mío, lo diseccionan todo sin pararrrr!!!

Después he visto Manhattan, dicen que la mejor obra del director.  Los guiones originales de ambas películas están publicados por Tusquets, valdría la pena echarles un vistazo...

Fotograma mítico de Manhattan
Frases que me han llamado la atención:
ISAAC DAVIS (ALLEN): "Nada que valga la pena puede ser asimilado por la mente. Tiene que entrar por una abertura diferente, y disculpa lo vulgar de la imagen. Siempre he pensado que el cerebro es el más sobrevalorado de todos los órganos."

ISAAC DAVIS (Minuto 120):  ¿Por qué la vida merece ser vivida? Bueno, supongo que hay cosas que hacen que la vida merezca la pena vivirse. Por ejemplo, Groucho Marx, por nombrar a alguien; y el segundo movimiento de la Sinfonía Júpiter; y la grabación de Potatohead blues por Louis Armstrong; y las películas suecas; y La educación sentimental de Flaubert; y Marlon Brando, Frank Sinatra, las increíbles manzanas y peras de Cézanne, los cangrejos de Sam Wo, y el rostro de Tracy…”

¿Qué les parece si parafraseando el minuto 120, así de manera intrascendente y casual, escribimos nuestras 5 cosas (sólo 5 por acotar, por no divagar demasiado, ya divaga Allen por nosotros/as) por las que la vida merece ser vivida?
¡Va,... sin profundidades!

Empiezo yo...

Mis 5 cosas:
Quino, por nombrar a alguien...
La canción Believe de Savatage... o Ne me quitte pas de Jacques Brel...
La increíble sensación de meter la cabeza bajo el agua del mar...
Si esto es un hombre de Primo Levi, o los libros de Austen y Saramago...
La calidez del núcleo familiar... cuando se produce...

Quedo a la espera de sus amables contestaciones... si se producen...

Es Quino, no Woody Allen. Curioso, ¿verdad?

 

viernes, 22 de enero de 2016

Tebeos,... ¿armas de destrucción masiva?

Tebeos de hadas, eso es lo que leí en el intermedio entre la cartilla de párvulos y los libros. Me lo recordó casualmente mi amigo Joselu, porque yo, parece que sin querer, lo había olvidado. 
Como la magdalena de Proust, este comentario de Joselu me llevó a un baúl de mi infancia que tenía lleno de estos tebeos. Los había de hadas, preferentemente, pero también de El guerrero del antifaz, El capitán Trueno (entonces se intercambiaban, no estaba la cosa para comprar, y tenía amigos varones). Después llegaron Pulgarcito y sobre todo Mortadelo y Filemón.


Pero a mí los que me perjudicaron fueron los de hadas. Hasta el punto de que aún hoy busco su esencia en productos como Pretty Woman o 50 Sombras de Grey.
Inconscientemente (porque si lo analizo, me hago el harakiri), busco ese concepto de media naranja, de protección de la mujer desvalida, de la justicia universal que premia a los buenos y castiga a los malos (¿esto es de la Biblia?)...
¡La de trabajo que hemos debido hacer las mujeres de nuestra generación...! Luchar contra toda esa corriente de postguerra solo se podía conseguir si leías (otras cosas, claro), si estudiabas, si acudías a otras fuentes e ideas.
Yo soy hija única y tenía unos padres entregados, como explico aquí. Leí, fui a la universidad, coqueteé con el feminismo a través de una amiga que me prestaba publicaciones al respecto. También tuve que hacer el Servicio Social de la Sección Femenina al terminar la carrera. Por aquel entonces no te daban el título si no lo hacías. Y tampoco si no padecías un campamento de un mes en la cárcel de Alicante, reconvertida en residencia de señoritas o algo así, donde murió José Antonio Primo de Rivera, fundador de La Falange. El primer día nos enseñaron los agujeros de las balas en la pared, como quien hace una visita cultural.
Cómo he sobrevivido a eso con mediana cordura es algo que me pregunto a menudo. ¡Pero bueno, en este choque de culturas, de intereses, de ideas contrapuestas, formé mi ideología actual! ¡Todo sirve, todo suma...!

... todo lo que nos lleve a no convertirnos en esta Autómata_1927. Edward Hopper

Que en ello tuvieron que ver los tebeos, parece incontestable. Así que esto podría darles la razón a quienes dicen que no importa lo que los niños/jóvenes lean, que lo importante es que lo hagan. 
No estoy de acuerdo, no se puede dejar en sus manos cualquier cosa. La mayoría no irá a la universidad para contrastar. La mayoría no tendrá un mediador que les abra los ojos. 
Tomemos como ejemplo: El niño con el pijama de rayas. No hay literatura ahí, supongo que no me discutirán eso, pero se pueden usar algunos extractos del libro para introducirlos en el tema del Holocausto de manera suave, antes de llegar, por ejemplo, a El diario de Anna Frank. Pónganles la película (la del pijama), es algo mejor que el libro. Actúen de intermediadores para conseguir un bien mayor.
Eso fueron los tebeos para mí, intermediadores, aunque ahora desprecie a Sissi emperatriz, personaje al que adoraba y que me hizo creer en la existencia de los príncipes azules, siendo para mí la precursora de la vil frase: "Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer", lo que reduce a la mujer, como dice Galeano, a la triste condición de respaldo de silla.

Otra cosa es, por supuesto, el mundo actual del cómic, donde podemos encontrar verdaderas obras de arte. Valgan como ejemplo estos dos: Arrugas y Maus
O las intemporales tiras de Mafalda y las actuales de Liniers

Pero lo que hicieron con nosotras en los años 50 y 60 es de juzgado de guardia, y debería ser recompensado, cuando menos, con terapia de la buena: urgente, intensiva, sanadora, cicatrizante...

miércoles, 20 de enero de 2016

Mi padre me paseaba en una caja de cartón...

Hoy me he levantado pensando que tendría que explicarles en detalle mi pasión por la lectura. Al igual que me gustaría que ustedes me explicaran a mí la suya; si les place, claro, que las cosas no deben hacerse por obligación, y la lectura menos que ninguna (sí, ya lo dijo Pennac, pero cualquier docente lo sabía antes). 

Yo "rompí" a leer delante de una chimenea, como expliqué más o menos aquí, y desde entonces se ha convertido en la actividad fundamental y más constante de mi vida.
Cuando yo era pequeña sólo había una cadena de televisión, y en mi calle únicamente un vecino la tenía. Su patio, como el Corral de Comedias de Almagro, se llenaba de la chiquillería del barrio absorta ante semejante maravilla. Luego, yo me iba a mi chimenea y allí...¡tenía libros! No eran como los de ahora, llenos de imágenes, colores, ventanitas o arquitecturas de papel. No existía el concepto de álbum ilustrado, así que ¡díganme cómo una niña con la irrupción del milagro televisivo en su vida y cuyos padres no habían leído un libro jamás, se sintió tan atraída por ese mundo! 
Creo que tengo la respuesta después de darle vueltas al tema durante años.
La "culpa", como digo en mi Autorretrato lector, la tuvo mi padre, que era un contador de cuentos excepcional. Cada noche contaba/escenificaba historias inventadas para mí. Lo detallo con más extensión en ese Autorretrato.
Incluso en este mi Autorretrato lingüístico, que tiene tanto que ver...! 
El que, de paso, me paseara por toda la casa dentro de una caja de cartón (recuerdo guardado en el Banco de Recuerdos), construyera una cabaña en el salón con sillas y sábanas, haciendo así realidad algunas de las aventuras fantásticas que me contaba, me llevara frecuentemente al cine, y ME DEDICARA TIEMPO, parece que dio como resultado que me convirtiera en una devoradora de historias, escritas o filmadas (otro día les hablo de mi afición al cine).
Mi "ficha" en el Banco de Recuerdos

En febrero de 2008, en mi primer blog que se llamaba Literatúrame, (¡por supuesto!) yo escribía esto, que luego traspasé a Blogmaníacos, sobre el acto de leer:
ACTO DELICTIVO
"Leer es un acto delictivo; es un hecho. Lo hacemos generalmente en solitario, en silencio, sin avisar, sin pensar en las consecuencias, sin pensar en los demás, pese a quien pese, caiga quien caiga, ante Dios y ante los hombres, sin arrepentimiento, sin acto de contricción, aconfesos, acontritos, con premeditación y seguramente con alevosía, ... pero casi siempre, y éste es el agravante definitivo, con ... NOCTURNIDAD." 

Publicidad de Gandhi, crédito de la imagen


 Siempre me han dicho que tengo una visión demasiado "romántica" de la lectura... ¿Cuál es la de ustedes? ¿Algún detonante especial? ¿Alguna persona?
Ya saben,... sin obligaciones...
 

miércoles, 13 de enero de 2016

Pigmalión

Acabo de terminar un exquisito libro que siempre quise leer. En este caso, el cine me llevó al texto, al contrario que muchas otras veces. Porque vamos a ver... después de My fair lady, ¿quién no quiere leer Pigmalión? Y más si eres una maestra que ha usado ese efecto en su alumnado a lo largo de los años, como ha sido mi caso.
Me he sorprendido oyendo mis propias carcajadas mientras leía la obra de teatro de Bernard Shaw. Es un texto corto, pero no te puedes perder ni una sola línea, porque ¡hay concentrado en ellas tanto sentido del humor...!

Vean dos ejemplos que he seleccionado para ustedes:
HIGGINS: Volvamos a nuestro negocio. ¿Cuánto piensas pagarme por las lecciones?
LIZA: Oh, yo sé lo qu´eh juhto. Un´amiga mía recibe lesiones de francé´ por 18 penique´ l´hora d´un verdadero cabayero francé´. Y usté´ no tendría´l dehcaro de pedirme lo mismo por enseñarme mi propio idioma como por enseñarme francé´. De modo que no le daré máh d´un penique. ´Tómelo o déjelo.
{...}
HIGGINS: Me ofrece por las lecciones dos quintos de sus ingresos diarios. Dos quintos del ingreso diario de un millonario serían alrededor de 60 libras esterlinas. Es magnífico. ¡Caramba, es enorme! ¡Es la más grande oferta que se me haya hecho jamás!
LIZA (levantándose aterrorizada): ¿Senta libra´? ¿De qué´stá´blando? Yo no l´ofrecí senta libra´. ¿De dónde sacaría yo...?

O esta hilarante (y certera, en opinión de más de uno/a) descripción del matrimonio:

HIGGINS (bajando del piano inquieto): ¡Oh, el cielo lo sabe! Supongo que la mujer quiere vivir su vida. Y el hombre quiere vivir la suya. Y ambos tratan de arrastrar al otro por la senda equivocada. Uno quiere ir al norte y el otro al sur. Y el resultado es que ambos tienen que ir al este, aunque odian el viento del este. (Se sienta en el taburete, ante el piano). De modo que aqui me tiene, un viejo solterón declarado, y con todas las posibilidades de quedarme así.

Habría otras muchas cosas que destacar, como el excepcional personaje del señor Doolittle, o la supuesta misoginia de la obra,... pero yo me quedo esta vez con el humor, que falta me hacía...
Anoche volví a ver My fair lady, los que me conocen saben de mi debilidad por Audrey Hepburn, los que no, vean mi transformación en ella aquí...
Pienso ver también la versión de 1938, pero... sobre todo... pienso regalarme los sentidos con Bola de fuego, que tiene su poquito de Pigmalión, de Blancanieves y los siete enanitos, y un guioncito de nada de Billy Wilder,... lo que hace decir a algún  que otro comentarista de la blogosfera: 

Ay, ¿por qué la vida no tuvo los mismos guionistas que tuvo el mejor cine?

miércoles, 6 de enero de 2016

Vuelvan a clase con ganas, educadores...

Imagen hecha aquí

Soy nueva en esto de no tener que volver a clase después de navidad, pero no olvido lo duro que puede llegar a ser. 
A pesar de que sea el trabajo de tu vida, de que tengas un montón de proyectos en mente, de que quieras cambiar el mundo desde la pequeña parcela donde apoyas tus pies... A pesar de todo eso, sé que cuesta dormir la noche antes y retomar el ritmo. 
Las malas lenguas dicen que es porque tenemos demasiados días de asueto y estamos malacostumbrados, ¿qué sabrán ellos/ellas? 
La magia, como bien sabe Dumbledore, no siempre sale bien, hay muchos imponderables en la ecuación, e incluso el docente curtido en mil batallas, puede simplemente no estar a la altura ese día... 

¿Y si mañana no sale el conejo de la chistera? 

No se preocupen, mis docentes, siempre nos quedará la lectura. Provéanse de un par de buenas lecturas para mañana (o pasado en otras comunidades). Por ejemplo, esta (a mí nunca me ha fallado, sea el auditorio de la edad que sea):

Gianni Rodari "A enredar los cuentos"

-Érase una vez una niña que se llamaba Caperucita Amarilla.

-¡No, Roja!

-¡Ah!, sí, Caperucita Roja. Su mamá la llamó y le dijo: “Escucha, Caperucita Verde…”

-¡Que no, Roja!

-¡Ah!, sí, Roja. “Ve a casa de tía Diomira a llevarle esta piel de papa”.

-No: “Ve a casa de la abuelita a llevarle este pastel”.

-Bien. La niña se fue al bosque y se encontró una jirafa.

-¡Qué lío! Se encontró al lobo, no una jirafa.

-Y el lobo le preguntó: “¿Cuántas son seis por ocho?”

-¡Qué va! El lobo le preguntó: “¿Adónde vas?”

-Tienes razón. Y Caperucita Negra respondió…

-¡Era Caperucita Roja, Roja, Roja!

-Sí. Y respondió: “Voy al mercado a comprar salsa de tomate”.

-¡Qué va!: “Voy a casa de la abuelita, que está enferma, pero no recuerdo el camino”.

-Exacto. Y el caballo dijo…

-¿Qué caballo? Era un lobo

-Seguro. Y dijo: “Toma el tranvía número setenta y cinco, baja en la plaza de la Catedral, tuerce a la derecha, y encontrarás tres peldaños y una moneda en el suelo; deja los tres peldaños, recoge la moneda y cómprate un chicle”.

-Tú no sabes contar cuentos en absoluto, abuelo. Los enredas todos. Pero no importa, ¿me compras un chicle?

-Bueno, toma la moneda.

Y el abuelo siguió leyendo el periódico.

FIN

Cuentos por teléfono, 1962
Sea esta, u otra historia leída, su regalo de Reyes para esas mentes inquietas que quizá tampoco estén en su mejor momento después de las fiestas. Empaticen. ¿Qué querrían ustedes? ¡Relajarse mientras les leen, naturalmente! Mientras, la magia llegará, no pierdan la esperanza!

Siempre me ha gustado tunear fotos, como muy bien sabe mi amigo Jesús. Miren esto..

martes, 5 de enero de 2016

"Yo tampoco sé cómo vivir... estoy improvisando"

De "Acción poética"
Estoy leyendo ahora sobre "formas de vivir y otras confusiones"... Son dos los libros que me ilustran sobre ello, o eso quiero pensar...
Les dejo algunas citas, por si aprenden más rápido que yo:


Practica la visualización imaginativa del estado positivo real que deseas adoptar y obra como si ya fuera una realidad. Tierno, Bernabé. Optimismo vital, 2008, Temas de hoy.

Visualización positiva

No busques la seguridad ni la felicidad en fuentes equivocadas o en el afuera. Comienza cada mañana por renunciar a la mediocridad, por darte importancia. Stamateas, Bernardo. Gente tóxica, 2013, Zeta Bolsillo.

En cualquier caso, estoy reflexionando sobre esta frase de Ortega y Gasset:



Mucho me ha llamado la atención la relación de esta música clásica con los estados de ánimo:
Influencia de la música. Beethoven, la V sinfonía es recomendable para personas tristes, deprimidas, frustradas y con problemas psicológicos. La IX Sinfonía invade el ánimo de espiritualidad, generosidad, amor superior, fraternidad. Y la III y la IV Sinfonías son recomendables por su poder energizante y optimista. Otros compositores recomendables puedes ser Vivaldi, Mozart, Mendelssohn, Bach o Stravinski. Tierno, Bernabé. Optimismo vital, 2008, Temas de hoy.


Ya les dije,... dándole vueltas a Maneras de vivir
¡Feliz noche de Reyes!