martes, 1 de julio de 2025

#reseña #elbosque #nellleyshon



Este es, en realidad, un libro sobre relaciones difíciles entre madre e hijo. Sucede en tres escenarios diferentes: en el piso de una ciudad en guerra, en el bosque donde se ocultan, y en el futuro, ya en paz, donde surgen otros conflictos sin resolver.
Después de leer "Del color de la leche" y "La escuela de canto", tenía muchas ganas de volver a reencontrarme con Leyshon. Lo que he descubierto aquí es un giro en su escritura, lo que no tendría que ser necesariamente malo, todo creador cambia, crece, madura...
 
Digamos que para mí ha sido una historia desigual, poco original, pues ya se ha escrito mucho sobre los supervivientes de las guerras mundiales que deben escapar al campo para sobrevivir. Si esto se hubiera contado con fuerza, hubiera parecido la primera vez. Pero la primera mitad del libro es lenta, fría, repetitiva, estirada al máximo con detalles innecesarios y diálogos iterativos que aportan más bien poco a esa relación, alejándola emocionalmente del lector, por lo menos de esta lectora que les escribe.
No hay tensión en la historia, demasiada distancia entre los dos: no logré conectar con esta madre demasiado reflexiva y este hijo demasiado soñador.
La última parte mejora, en mi opinión. Se expresa bien el envejecimiento de la madre y la preocupación del hijo, hasta... hasta que se introduce un resorte folletinesco que no les cuento por no spoilear, y que destroza la credibilidad de una novela que pudo ser y  no fue.

Dudando estoy de mi radar literario vistas las excelentes reseñas que tiene por todas partes esta obra, aunque me reafirmo en mi opinión impopular: una obra muy flojita de una buena escritora.

¿La leyeron? ¿Qué les pareció? Les leo en comentarios.

viernes, 27 de junio de 2025

#reseña #lasgratitudes #delphinedevigan



¿Cómo un libro que trata del deterioro senil puede destilar tanta ternura? En teoría debería ser un libro triste, pesimista, pero no es así en absoluto; al contrario, un rayo de esperanza se cuela por todas sus páginas.
De Vigan nos enfrenta a un tema casi tabú en esta sociedad de la buena imagen, la de la progresiva degradación que produce la vejez, y lo hace con sensibilidad sin caer en el sentimentalismo, con dulzura pero con firmeza y honradez: "Envejecer es aprender a perder. Asumir, todas o casi todas las semanas, un nuevo déficit, una nueva degradación, un nuevo deterioro. Y ya no hay nada en la columna de las ganancias".
Se nos presenta bajo el punto de vista de dos narradores: María, la niña que cuidó Michka y que ahora está embarazada y acude a verla a la residencia, y Jerome, el logopeda que se ocupa de la afasia de la anciana. Porque Michka es incapaz de encontrar las palabras correctas y nos regala otras en su lugar que producen muchas sonrisas, mucha complicidad, muchos buenos entendidos; ¡qué complicada habrá sido esa traducción, pero qué lograda en mi opinión! ¡Qué hermoso hubiera sido leer la obra y sus palabras "alternativas" en francés!
Se abordan temas como la soledad, la vejez, la memoria, el cariño, los recuerdos, la maternidad, la solidaridad, el amor que no necesariamente viene de la familia, el lenguaje y su importancia en los últimos años, ese "perder las palabras" cuando más las necesitamos para relacionarnos, para agradecer lo recibido, para dejar constancia de lo que somos y de lo que fuimos... Y la necesidad de expresar gratitud mientras es posible.
Una valiosa exploración de sentimientos en esa época de la vida en que parece que ya no hay nada que perder: "Perder la memoria, perder los referentes, perder las palabras. Perder el equilibrio, la vista, la noción del tiempo, perder el sueño, perder el oído, perder la chaveta. Perder lo que te han dado, lo que te has ganado, lo que te merecías, aquello por lo que luchaste, lo que pensabas que nunca perderías. Readaptarse. Reorganizarse. Apañárselas".

Una obra menor que "Nada se opone a la noche", pero muy recomendable también.
¿Lo conocen? Les leo en comentarios.

martes, 24 de junio de 2025

#reseña #metafisicadelostubos #amelienothomb



En esta originalísima novela, Nothomb juega con la metáfora de que con el nacimiento, pasamos de la nada a ser tubos. Tubos que reciben el alimento por un lado y lo expulsan por el contrario: "Mira con los ojos bien abiertos. La vida es lo que ves: membrana, tripas, un agujero sin fondo que exige ser rellenado. La vida es ese tubo que engulle y permanece vacío".

A partir de ahí, nos va a contar la tragedia que supone vivir sus tres primeros años en Japón. Una tragedia divertidísima, hilarante a ratos, en la que la autora nos relata, como si pudiera recordarla, todo lo que le sucedió en esa etapa de su vida.

Esta autoficción cargada de amor a Japón y a su cultura nos da personajes memorables, comparaciones irreverentes, provocación e ingenio a partes iguales. Porque es provocador que pretenda dar verosimilitud al discurso de una niña de dos años, que sea tan egocéntrica que se crea Dios con derecho a ser adorada... ¿Pero no es un poco eso lo que sentimos todos en el fondo, no nos sentimos el centro del universo, además de la especie más brillante que ha existido nunca? Nothomb solo nos pone delante del espejo e inteligentemente nos escandaliza con sus palabras.

Mucha gente reprocha esto a la escritora, su estilo tan autorreferenciado, sus portadas en las que siempre está ella misma, su "encantada de conocerse" que se desprende de toda su obra.

¡Sinceramente, si yo fuera tan inteligente, tan observadora, tan  original y desternillante, tan capaz de hacer magia con las palabras, también estaría encantada de haberme conocido, aunque fuera en forma de tubo, que es en el fondo todo lo que somos!

Así que, ¡adelante, Amélie, sigue adorándote si quieres, pero escribe, escribe por lo menos una obra al año como hasta ahora! Quizá no todas puedan ser "Estupor y temblores" o "Sed", pero el nivel de esta Metafísica me ha dejado bastante satisfecha.

Les habló una fan absoluta, ¿alguien por ahí igual de entregado/a? ¿Obra preferida? Les leo en comentarios.




viernes, 20 de junio de 2025

#reseña #mellamolucybarton #elizabethstrout



Es la primera vez que leo a esta autora y me ha gustado su escritura. Puede que después de un tiempo no recuerde de qué iba esta novelita, pero siempre recordaré la forma de comunicarse de esta hija con su madre.
Quiero decir con esto que para mí lo de menos es la trama, lo que me ha llegado dentro es esa incomunicación entre las dos, esas cosas sobreentendidas pero nunca dichas. Esa frialdad latente regía las relaciones madre/hija hace unos años: se hablaba de cualquier tema, de otras personas, pero lo importante era mejor no hablarlo, no fuera a ser que se destaparan cosas que estaban mejor bajo la alfombra.
Me ha sorprendido el nivel al que Strout lleva esto, aunque me hubiera gustado tener más detalles de todo en general: la infancia traumática de Lucy, su estancia -casi por milagro- en la universidad, la historia de su enamoramiento y matrimonio, su relación con sus hijas, su trabajo actual... Todo esto se roza dejándote con la miel en los labios y, seguramente, daría lugar a varias novelas pero... no a esta. No es de eso de lo que quiere hablar la autora, ella quiere hablar de la incomunicación, de la tensión filiomaternal, del sentimiento de inferioridad, de la soledad y el aislamiento. 
Esto hace que la novela pueda parecer fría y, de hecho es algo dolorosa. Te hará pensar inmediatamente en la relación que tuviste con tu madre, en la que tienes con tu hija, y te rondará unos días por la mente en un vano -o no- intento de enmendar lo que crees enmendable (a mí me ha pasado).
Me he encontrado perdonando a mi madre algunas cosas, perdonándome otras a mí misma... porque si algo tiene este libro es que te hace sentir cosas, cosas que Strout no nos cuenta solo nos muestra. Con esa manera de escribir aparentemente desapasionada e inexpresiva, ha logrado emocionarme.

¿Conocen la obra? ¿La recomendarían?