miércoles, 24 de enero de 2024

#reseña #poetachileno #alejandrozambra

Acabo de leer "Poeta chileno" (Anagrama, 2020), de Alejandro Zambra.




Es mi primer contacto con el autor, a quien no habría llegado si no fuera porque formo parte de la Lectura Conjunta del mes de enero de @laubythesea.

Ha sido para mí un libro irregular que tiene 4 partes. Las dos primeras fueron hermosas; me identifiqué mucho con el sentido del humor de Zambra, con la ternura de sus personajes, con lo bien que ensamblaba ambas cosas.
Como ejemplo de ese humor y, como no, de poesía, os dejo una de las 42 que, con "nerudiana esperanza", dedica Gonzalo a Carla para recuperar su amor:

El teléfono suena todo el día
y es bastante probable que sonría
me duele el corazón y las orejas
me duele el premolar y hasta una ceja
es verano o invierno o primavera
y es bastante probable que  me muera.

La tercera parte supuso un bache importante en mi apreciación de esta lectura. Como dije en el chat de la LC, me parecía que estaba leyendo otra novela. La mayor parte de los personajes desaparecen y la escritura toma otros derroteros, de menor calidad en mi opinión. En la cuarta y última parte se produce la "redención": se encauza el tema y se cierra el círculo. 

Los temas tratados en este libro van desde las masculinidades actuales a los vaivenes del amor, pasando por las formas de familias (o familiastras), el deseo de pertenecer a una comunidad (en este caso la de los poetas o ¿poetrastos?), el sentido de leer y escribir en el mundo actual...

Pero yo me quedo con la exquisita relación que nos cuenta Zambra entre Gonzalo y Vicente, padrastro e hijastro respectivamente, que ennoblecen esa unión y dan nuevo sentido a esos despectivos términos. Muy bien descrito el vínculo entre los dos, para mí es donde la novela toma más altura.

El balance, pues, ha sido positivo; me ha gustado descubrir a este autor y le seguiré la pista.
¿Conocen a Zambra? 


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