Recordaré siempre este libro por su final. Hace poco hice un post con "5 novelas cuyos finales te dejarán de piedra" y bien podría haber incluido esta si la hubiera leído antes.
Me ha gustado esta breve novela en la que una madre y su hijo hacen un largo viaje a través del río Atrato en Colombia. No son madre e hijo al uso: ella es blanca y él negro. Ella no es su madre biológica, pero se lo va a entregar a quien lo es.
Son 9 capítulos, de los cuales 8 son para contar una hermosa novela de viaje, y el noveno se reserva para narrar dolorosamente la dura realidad de la vi0lencia en Colombia. Aunque la guerra está como telón de fondo, este periplo triste, agónico cuanto más se van acercando al final, nos habla en realidad de los tipos de maternidades: la que no parió pero cría, la que parió y enterró a sus hijos, la que lo entrega pensando en un mejor futuro, la que muere. Tensión entre lo biológico, lo elegido, lo perdido, el criar con miedo, con ausencia:
"Tener un hijo es buscar, todo el tiempo, formas de explicar el mundo".
"Ser mamá, fingir que le ganas al miedo y pierdes en los juegos".
"Una madre es algo que duele. Es herida y cicatrización".
Como lo es el río, esa "herida llena de peces" que respira, que acompaña la historia y la hace potente.
Es una novela sensible, honesta, de fragmentos bellísimos que no rehúye la combinación del dolor íntimo (el de la madre adoptiva), y el dolor colectivo (la vi0lencia y el racism0 en muchas comunidades de Colombia).
El cierre produce un impacto fuerte, doloroso, quizá demasiado brusco, quizá sin la suficiente preparación. Es un libro que no es fácil emocionalmente pero que recompensa por su sensibilidad y honestidad,
¿La conocen? ¿Me dejan su opinión en comentarios?
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