En mi periplo por la obra de Amélie Nothomb -leyendo cada mes una de sus novelas por orden cronológico de publicación-, recalo esta semana en Antichrista, de 2003.
En ella la autora vuelve a abordar el tema de la amistad, y lo hace como siempre desde una perspectiva ambigua, conflictiva o atravesada por el poder, más que idealizada.
Lo vemos en Estupor y temblores (1999) ambientada en una empresa japonesa, donde presenta relaciones laborales que rozan una amistad imposible.
En El sabotaje amoroso (1993) donde relata amistades infantiles intensas, exclusivas y beligerantes. La amistad se vive como alianza, rivalidad y guerra, reflejando la lógica absoluta de los vínculos en la infancia.
En Diccionario de nombres propios (2002), aunque el foco está en la construcción de la identidad, aparecen relaciones de amistad atravesadas por la ambición, la comparación y el fracaso.
En Antichrista, Amélie Nothomb explora con mordacidad las dinámicas de poder, la envidia y la crueldad disfrazada de amistad. La novela sigue a Blanche, una joven tímida y solitaria que, al llegar a la universidad, entabla una relación intensa con Christa, una compañera carismática, brillante y aparentemente generosa. Lo que comienza como una amistad ideal pronto se convierte en un vínculo asfixiante, donde la admiración se transforma en sometimiento y la fascinación en anulación del yo.
La narración, en primera persona, subraya la fragilidad emocional de la protagonista y permite al lector asistir al progresivo despojo de su identidad. Nothomb propone una lectura incómoda sobre las relaciones tóxicas y cómo el deseo de pertenecer puede convertirse en un terreno fértil para la dominación.
Yo, como siempre, rendida a sus pies. ¿Y ustedes? ¿Conocen esta obra? Les leo en comentarios.
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