Eleanor cree que está perfectamente, pero no está bien en absoluto.
No creí que me iba a impactar tanto la historia de esta treintañera -¿autista? ¿asperger? ¿sin diagnosticar?-, que trabaja de contable, habla con su madre una vez a la semana y bebe dos litros de vodka para pasar el finde. Lleva una vida solitaria sin familia ni amigos, se ha impuesto una soledad rutinaria en la que se convence de que está bien y no necesita nada más.
Cuando ella y un compañero de trabajo ayudan a un anciano en la calle, se abrirá un abanico de posibilidades que no imaginaba.
Lo que más me ha gustado de esta historia es que a pesar de ser dura, está llena de humor. Me he reído mucho con ella, y esa combinación de drama y risa ha sido extraordinaria.
Si piensan que es un libro de humor, se han equivocado; si piensan que es un drama, también. Es una mezcla extraordinaria de los dos, con un personaje central en estado de gracia que arrastra un trauma de los grandes y oscuros, y hace con él lo que ninguno de nosotros sabría hacer.
¡Eleanor, mi incompetente social que no tiene filtros, la niña dañada en su infancia que lo ha superado "estando perfectamente" en situaciones en las que ninguno lo estaríamos! Un personaje extraordinario que te enseña continuamente con su visión única del mundo.
Les dejo en el carrusel algunos extractos del libro para que comprendan un poco más a Eleanor y se hagan de paso una idea de la escritura de la autora.
¿Han leído esta novela? ¿La escogieron por la portada, como me pasó a mí?
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