jueves, 15 de septiembre de 2016

Va de series

Últimamente me ha dado por seguir varias series que quería compartir con ustedes. 
Esto no viene de ahora, no. 


Todo empezó con The walking dead: las historias de zombis en mi casa son sagradas, y al cabo de pocos capítulos ya los considerábamos de la familia (este es el secreto de las series, por si no lo sabían).

Hace un par de años unos compañeros me indicaron cuáles de las nuevas no debería perderme. Parecía haber una eclosión, así que empecé con Juego de tronos; sí, por la puerta grande, LA serie entre las series, solo superada, en mi opinión, por Breaking bad, ante cuyos autores me prosternaré eternamente
Así que ahí van mis dos primeras recomendaciones: la épica, tremenda y desmedida historia de poder en la Edad Media (cuyo libro estoy leyendo ahora), y la aparentemente inocua, gris y prosaica vida de Walter White, que nos hace sospechar del posible monstruo que llevamos dentro.
De la primera me enamoraron sus excesos que quedan "justificados por las necesidades del guion", ¡hasta te crees lo de los dragones sin empacho alguno! Y las interpretaciones magistrales de algunos de sus protagonistas; el enano y el bastardo son mis favoritos, sin menospreciar a Cercey o a Emilia Clarke.
El caso de Walter, que luego deviene en Heisenberg, es aparte. La fuerza de esta serie está en la evolución del protagonista. Como él mismo dijo, en la serie Friends (serie de culto en casa, por cierto, nos sabemos hasta los diálogos) los personajes siguen siendo fieles a sí mismos a lo largo de todas sus temporadas: Phoebe es alocada, Ross tierno, Joey mujeriego... Por el contrario, Walter White va evolucionando y poniéndonos los pelos de punta hasta convertirse en un escalofriante, sombrío y volátil ser humano, como los productos que fabrica.

Para aligerar la cosa me enganché luego a Orange is the new black (me tengo que leer el libro autobiográfico, me interesa hasta ese punto), rompedora serie de una cárcel de mujeres en la que el drama y la comedia se dan la mano para dejarme boquiabierta capítulo sí y capítulo también.


Tuve un paréntesis de desintoxicación hasta mediados de este verano, cuando leí sobre Catastrophe, y ... ¡volví a caer!...
Catastrophe es una modesta serie británica con unos diálogos increíbles. No crean que la elegí porque la protagonista es maestra :)) ; fue porque al ver el capítulo piloto descubrí que ahora me interesan las historias de amor al revés. Esas que empiezan con hijo y boda rápida y ¡ya se enamorarán después... si eso...! Mientras tanto disfrutamos de las peripecias de una pareja que por una vez y ¡pásmense!, es ya madura. Os la recomiendo vivamente.


En esta interesante línea antirromántica, acabo de ver Eres lo peor, donde una pareja bastante atípica intenta por todos los medios no enamorarse ni comprometerse. Muy divertida, aunque con algunos altibajos en el desarrollo de los personajes secundarios que quitan brillo a algunas escenas. Sin embargo, los protagonistas escandalizan y admiran a partes iguales, y bordan sus interpretaciones, sobre todo ella, en estado de gracia cuando después de ver su euforia continua nos convence de que es carne de depresión. En agosto se ha estrenado la 3ª temporada, ¡esperemos que siga sorprendiendo!




Tengo algunas otras series que comentarles, pero no quiero cansarles más hoy.
¿Alguna recomendación para esta adicta? Ya saben... de esas que debería ver antes de morir...