jueves, 17 de noviembre de 2011

Por mi cumpleaños...

Hoy ha sido mi cumpleaños. He recibido muchas muestras de afecto de mis alumnos (que no sé cómo han podido sonsacármelo), de mis familiares, de mis amigos...hasta Ismael, el conserje me ha hecho un regalo precioso, sin saberlo, que mañana os enseñaré en mi blog de aula.
Pero el que quiero compartir aquí y ahora con vosotros es de otra categoría. Me lo ha hecho llegar hoy mi familia porque yo se lo pedí en cuanto supe de su existencia. Se trata de un poema escrito el día antes de su muerte por un cristiano de fe imbatible. La que a mí me gustaría tener. La que envidio en las personas que no tienen dudas, que se entregan sin reservas, que mantienen su pureza de alma y convicciones hasta el final.
Sus hijas, mis primas, me lo han mandado sabiendo que, aunque soy como soy, lo recojo como un gran tesoro. ¡Dichosos los que llegan a las puertas de la muerte con tal paz de espíritu, y saben contarlo además con tal belleza!



Maestro y Jefe Jesús: ¿me habías llamado?
No te he oído muy bien, mas por si acaso
aquí me tienes, sin temblarme el paso.
Siempre que Tú me llames, yo a tu lado.
Ya lo ves, tan tranquilo y confiado
como tu hijo más limpio de pecado.
¿Que cómo puedo presentarme así,
no muy llenas las manos...?
¿Pero no somos, Señor, Tú y yo ya hermanos?
¡Qué bueno que lo supe y que te vi!
Yo sé que me amas mucho, que eres Dios.
¡Nos sobra santidad para los dos
con esa que, yo sé, te sobra a Ti!